La ciudad de Frías, en Burgos, ha conseguido conquistar a mucha gente pese a tener apenas 30 km2 y no más de 300 habitantes. Se encuentra a 80 km de la capital, en el cerro de La Muela y a orillas del río Ebro. Toda la ciudad (si, está considerado como ciudad pese a su escasez de habitantes) conserva aires medievales y el centro urbano está considerado como Conjunto Histórico Artístico.
Tenemos mucho que ver en este encantador lugar, como las casas colgadas, hechas de madera y muros de toba. Algunas de ellas están literalmente colgando de una roca y van adosándose por el risco hasta llegar al castillo. Este se encuentra en lo alto del cerro de La Muela y desde él se puede tener perfecta visualización del valle del Ebro; fue por ello un lugar estratégico en la época medieval. Toda la ciudad se encuentra amurallada y además conserva un puente medieval de 143 metros de origen románico que conectaba con una calzada romana que llegaba hasta La Rioja. Importante es también la iglesia, de estilo románico cuya fachada se exhibe en el Museo de los Claustros de Nueva York.
Uno de los establecimientos más visitados para comer o cenar es el restaurante Ortiz, donde las mejores críticas se las llevan las alubias caseras y la sopa castellana. Es un restaurante pequeño y acogedor con un personal muy amable donde parar a probar la gastronomía local. Para pasar la noche, en la casa rural Angulo encontraremos tranquilidad dentro de un precioso entorno rural muy cercano a la ciudad de Frías.
Esther JG