Una de las ciudades que más me han impresionado de Castilla y León y de España es Ciudad Rodrigo, en la provincia de Salamanca. Sobre todo la visión de la ciudad amurallada, un recinto bien conservado que nos retrotrae a tiempos pasados y rebosa a Historia por los cuatro costados. Seguramente sea su situación geográfica, fronteriza con Portugal, la que le ha conferido esa imagen de ciudad guerrera, pero no debemos olvidar que otras ciudades también están situadas en frontera y no han sabido mantener su Patrimonio Arquitectónico, algo que si debemos agradecer a los rodericenses, pues sin estos gestos (poco comunes) olvidaríamos pronto nuestros orígenes y no podríamos entender el desarrollo de nuestro pasado.
Los restos de objetos y un ídolo hallados en excavaciones, nos dicen que ya el lugar estaba habitado desde la Edad del Bronce. También se hallaron esculturas, como la del famoso verraco y otras piezas atribuidas a los vetones, que habitaron la zona por el VI a. de C. hasta la romanización. Bárbaros y árabes asolarían la ciudad repetidamente y en el siglo XII, Fernando II de León mandó su repoblamiento para convertirse en un baluarte contra portugueses y musulmanes. Este rey proporcionaría a la ciudad todo el poderío y esplendor: la dotó de fuertes murallas y erigió una magnífica Catedral. Sería en los siglos XV y XVI cuando la ciudad conoció un periodo de desarrollo económico suficiente como para compararla con las ciudades más señoriales de su época: edificios religiosos, civiles e infraestructuras importantes, que podemos todavía disfrutar en buena cantidad, diseminados por el centro urbano y algunos por los alrededores.
Un Centro que sería declarado como Monumento Histórico Artístico en 1944, en una época en que pocas cosas se respetaban a nivel colectivo, ya nos da a entender el esfuerzo de los habitantes de este hermoso enclave, tras los sucesivos ataques y asedios sufridos (uno durísimo por parte de las tropas napoleónicas), a lo largo de los siglos.
En la actualidad Ciudad Rodrigo es un Municipio con unos 13.650 habitantes que siguen con el mismo dinamismo de toda ciudad moderna, siguiendo el ejemplo de sus antepasados. Se celebran Fiestas como las del Carnaval del Toro, que se celebran unos días antes del Carnaval en si. La Charrada el Sábado de Gloria. La Romería de San Blas el 3 de febrero. También se celebran Ferias importantes, como la de Mayo, la Feria de los Botijeros en marzo. La Feria del Teatro de Castilla y León, la tercera semana de agosto y la Feria del Caballo, el tercer fin de semana de septiembre, por citar las más relevantes. En cuanto a su Patrimonio Monumental, la lista sería extensísima, así que con lo dicho creo que ya se supone un destino turístico del mayor interés. Dispone de una buena oferta de alojamientos, incluyendo agroturismo y buenas rutas para senderistas. Prometo escribir más detalladamente sobre Ciudad Rodrigo, pues es uno de mis destinos favoritos.
Toni Ferrando.
