Hasta 45.000 alumnos celebran cada año y por anticipado la Nochevieja en la ciudad estudiantil por antonomasia de España, Salamanca. Este año se reunieron en la Plaza Mayor el pasado día 11 de diciembre, en una curiosa fiesta que emula las campanadas de Fin de Año y, cómo no, los brindis y los bailes que tradicionalmente se desarrollan para celebrar la venida del Año Nuevo.
Esta atípica fiesta estudiantil surgió espontáneamente en el año 1999 y se ha ido celebrando un día concertado de la última semana antes del parón vacacional de Navidad. Las campanadas de las 00:00 emulan las de Año Nuevo y en vez de las doce uvas, los concentrados toman gominolas. Incluso una marca de dulces comercializa bolsitas con doce gominolas con sabor a uva.
Desde esa primera edición del 99, que constaba con algo más de una decena de compañeros de Facultad, en sólo 15 años se ha convertido en todo un acontecimiento seguido e imitado a lo largo de la geografía nacional e internacional. Sólo en Salamanca, más de 67 locales se mantienen abiertos hasta altas horas de la madrugada, como si fuera un verdadero Fin de Año, y se vive en la ciudad un espíritu navideño y festivo de lo más curioso.
De las más de 35.000 personas que celebraron el año pasado el evento, este año se han reunido hasta una estimación de 45.000 asistentes, en una progresión exponencial año tras año. Me parece de lo más lógico felicitar y brindar con los compañeros que no volverás a ver hasta “el año siguiente”, finalizadas todas las vacaciones navideñas, de Año Nuevo y Reyes, así que no es de extrañar que la idea se extienda por el mundo estudiantil como reguero de pólvora. Hasta las televisiones regionales y algunas extranjeras retransmiten en directo las campanadas de esta Nochevieja estudiantil.
Toni Ferrando.
