Saldaña es un pequeño municipio de la provincia de Palencia que cuenta con poco más de 3.000 habitantes. El motor económico de este lugar es la agricultura y ganadería, ya que se encuentra muy cerca del río Carrión y sus tierras son fértiles para cultivar multitud de granos. La historia de Saldaña se remonta a la Edad del Hierro, donde se asentaban recolectores y cazadores. La población fue creciendo hasta que los romanos llegaron y comenzaron las Guerras Celtibéricas, donde los romanos comenzaron a darle nombre y estabilidad a esta localidad. Tras esto, fue convirtiéndose en villa medieval al igual que las poblaciones de alrededor hasta convertirse en la población que conocemos hoy día.
De esta época medieval se pueden apreciar los restos del castillo de Saldaña, declarado Bien de Interés Cultural. Se alzó en el siglo VI sobre una antigua fortaleza musulmana y fue abandonado en el siglo XVII. La plaza, que sigue siendo el núcleo urbano, se levantó en el siglo XVI y fue declarada como conjunto histórico-artístico. El uso principal de este lugar era como mercado de alimentos. En esta plaza encontramos la casa torcida de Saldaña: la construcción tan atípica se realizó de esta manera para que fuera más sencillo poder cargar y descargar el grano que se iba a comerciar en el mercado.
En lo referente a gastronomía, sigue los cánones de la comida típica castellana, con la carne como plato principal acompañado de verduras de la zona y, por supuesto, un buen vino tinto. Podemos disfrutar de la cocina local en el restaurante El Bodegón, donde su personal amable nos servirá comida casera típica de la zona. Para pasar la noche, podemos acudir al hostal El Marqués, que se sitúa en pleno casco urbano, en la plaza de Saldaña. Cuenta con una arquitectura de estilo medieval y decoración rústica que se funde con el entorno, además de cómodas y silenciosas habitaciones con vistas a la plaza del pueblo.
Esther JG
