En el año 2010 se declara Siega Verde Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por su Interés Cultural, más de una década después y como extensión de los yacimientos de arte rupestre localizados en el Valle del Côa, en un área que comparten España y Portugal. Ya de por sí, el valor cultural es incalculable, pero también hay que sumarle la importancia medioambiental de su entorno, de gran belleza paisajística.
Los restos prehistóricos de Siega Verde se encuentran en la provincia de Salamanca, en el término municipal de Villar de la Yegua. Para acceder al yacimiento hay que dirigirse al río Águeda, cruzar el mismo por el puente que lleva a Castillejo de Martín Viejo y veremos las instalaciones que se han construido para su protección, además del aula para interpretación arqueológica.
El yacimiento fue descubierto en el año 1988 por Manuel Santonja y Rosario Pérez cuando catalogaban la zona. Las figuras de rinocerontes lanudos y bisontes, destacando entre otros animales allí grabados, apuntaban ya a la posibilidad de remontarse hasta el Paleolítico, ya que se trata de una fauna extinta hace miles de años. Entre los más de 500 grabados zoomorfos se encuentran muchos encuadrados en la época Gravetiense, de unos 20.000 años de antigüedad, pasando por épocas distintas, hasta llegar a las figuras antropomorfas datadas en el Magdaleniense, con un tiempo estimado de 12.000 años.
Foto de Javier Prieto Gallego
La UNESCO consideró el yacimiento de Siega Verde como el conjunto paleolítico más excepcional de la Península Ibérica que, junto al del Valle del Côa, muestran las costumbres, relaciones sociales, económicas y espirituales de nuestros más remotos antepasados. Para disfrutar de la ruta turística a Siega Verde, se puede solicitar formar parte de las numerosas excursiones que desde el Municipio de Villar de la Yegua y de la misma Salamanca se organizan a lo largo del año, con especial atención a la época veraniega, cuando se incrementan las actividades lúdicas de la zona.
Toni Ferrando.