Zamora es una ciudad antigua, histórica y con una importancia patrimonial extraordinaria. Sus conjuntos arquitectónicos la convierten en una ciudad monumental que ha conservado joyas a pesar del paso de los siglos. Un paseo por sus calles es como un viaje a través del tiempo en el que podremos apreciar vestigios de numerosas corrientes artísticas, aunque sin duda el más importante es el románico construido a los largo de los siglos XI y XII, lo que le ha valido a Zamora el sobrenombre de la Ciudad del Románico.
Una ruta para conocer los tesoros que albergan las calles zamoranas, deberá empezar, sin duda, por su Plaza Mayor, que constituye el acceso a la antigua ciudad medieval; la plaza no tiene desperdicio: los soportales, la iglesia de San Juan de la Puerta Nueva y los dos Ayuntamientos, el Viejo y el Nuevo forman un conjunto de una gran belleza y armonía, construidos sobre las antiguas murallas árabes cuyo trazado se indica en las losas del suelo.
Cada una de las calles que podemos tomar desde la Plaza Mayor, nos conducirá a un pasaje de la historia: la calle de la Reina, hacia la Puerta de Zambranos junto a la que fue la casa de la reina Doña Urraca; la calle de Santa María la Nueva, que nos conduce a las entrañas de la Zamora medieval y desemboca en la plaza de la iglesia del mismo nombre; la calle Motín de la Trucha, construida en el siglo XI y llamada así por el episodio histórico.
Prácticamente en cada calle de lo que compone el casco histórico de Zamora, podemos encontrar algún edificio histórico monumental, muchos de ellos rehabilitados como museos, como Museo Etnográfico de Castilla y León, en lo que fue la antigua Casa de Misericordia, del siglo XVIII o el antiguo Hospital de la Encarnación, hoy Diputación Provincial, barroco, frente al Palacio de los Condes de Alba y Aliste, edificio renacentista de finales del siglo XV que en la actualidad alberga el Parador Nacional de Turismo.
En fin, un paseo para perderse, en el que descubrir arquitectura, arte, historia, cultura y una buena cantidad de iglesias bellísimas, como la Iglesia de San Claudio, Iglesia de la Magdalena, Santa María la Nueva, Santa María de la Horta…
Marga G.-Chas Ocaña