La histórica villa de Alba de Tormes se encuentra al este de la provincia de Salamanca y tiene una población de 5.400 habitantes. Pertenece a la comarca de Tierra de Alba y la distancia que la separa de Salamanca es de 19 km. Este pequeño municipio sorprende por su rico patrimonio monumental y la atractiva vista que ofrece al viajero cuando se aproxima a su núcleo urbano, con su grandioso puente medieval (de origen romano) destacando imponente ya vale la pena.
Las primeras referencias escritas sobre Alba de Tormes nos llegan en el año 1140, cuando el rey de León Alfonso VII le otorgó a la villa un Fuero propio. Eso nos da a entender la importancia estratégica que la zona tenía, sobre todo para controlar el Paso de Tormes, importante para el desenvolvimiento de la Reconquista. Pero no hay que olvidar que el asentamiento es muy anterior, quizás incluso anterior a la romanización.
Desde el siglo XII hasta el XVI la villa de Alba de Tormes alojaría a las más importantes e influyentes personalidades del Reino, y es por eso que se edificaran numerosos edificios civiles y religiosos, con casas tan importantes como de la Cerda o más tarde la casa de los Alba, además de personajes místicos como Santa Teresa de Jesús, cuyos restos descansan todavía en la villa.
De los numerosos edificios quedan actualmente en pie algunos que se pueden visitar, como el Convento de la Anunciación, donde está instalado el sepulcro de la Santa, el Colegio-Seminario San Jerónimo, fundado en el siglo XII por Alfonso VII y refundado en 1447 por la Orden de los Jerónimos (de donde procede su nombre). La Iglesia de Santiago se comenzaría su construcción a finales del siglo XI y su estilo es románico-mudéjar, declarada en 1996 como Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento.
La Iglesia de San Juan es de finales del siglo XII y principios del XIII, también de estilo románico-mudéjar. El Puente de San Jerónimo data del periodo medieval y su antecesor, del que quedan algunos restos en su base, servía para cruzar el río Tormes siguiendo la antigua Calzada romana de la Plata. El Castillo de los Duques de Alba se comenzó en 1430 y se concluyó en el siglo XVI, como imponente fortaleza. La Iglesia de San Pedro actual data de 1577, tras una reconstrucción de la anterior más antigua. La Basílica de Santa Teresa se comenzó en el siglo XIX con la idea de que albergase los restos de Santa Teresa, al estilo neogótico, todavía quedan partes para su terminación y se han retomado las obras hace poco.
Estos monumentos son sólo una muestra del patrimonio que esta pequeña villa de Alba de Tormes encierra. Vale la pena una visita incluso si no se es aficionado a la arquitectura o a la Historia, seguir las rutas turísticas y trasladarse en el tiempo a una España monumental e irrepetible, una visita muy muy recomendable.
Toni Ferrando.