La Muralla de Ávila es la estructura fortificada románica mejor conservada de Europa y por ello ha sido declarada por la UNESCO, Patrimonio de la Humanidad, pero mucho más que un monumento, la Muralla es un símbolo universal de la ciudad y un factor que ha influido decisivamente en su crecimiento y urbanismo.
Durante siglos, la Muralla de Ávila ha representado la separación entre la civilización, el espacio urbanizado y regulado que se encontraba intramuros, y la barbarie, el espacio salvaje y la vida que se desarrollaba fuera de las murallas.
La ciudad de Ávila fue fundada en el siglo XI con una clara finalidad defensiva, en un momento en el que las luchas por el territorio eran constantes debido al avance conquistador de la colonización morisca y desde su construcción, su muralla encarnó el poder cristiano ante el infiel, siendo uno de los ejemplos más espectaculares y mejor conservados de su época.
Arquitectónicamente, la muralla ha preservado la pureza y la austeridad de sus líneas y de las edificaciones que se encontraban bajo su protección y resulta esencial para comprender la configuración y el desarrollo de la ciudad de Ávila. La Muralla de Ávila es una edificación grandiosa; La muralla en sí, tenía un perímetro de unos 2.500 metros, dejando intramuros un espacio rectangular, orientado de este a oeste, de unas 33 hectáreas. Sus muros tienen 3 metros de grosor y 12 de altura y se construyó aprovechando los desniveles del terreno sin utilizar taludes ni contrafuertes y su adarve o camino de ronda, almenado es aún practicable hoy en día en muchos de sus tramos.
Durante siglos, la función que desempeñó la Muralla fue más allá de una simple acción defensiva, puesto que ejercía un control sobre la salida y entrada de la ciudad, tanto comercialmente, como vía de comercio con la entrada y salida de mercancías, como fiscal, por facilitar la supervisión de las personas que cruzaban sus accesos, lo que, por ejemplo, constituyó una excelente medida preventiva durante las distintas epidemias que azotaron Europa y España, convirtiendo la Muralla en un cordón sanitario.
La Muralla se puede atravesar por alguna de sus nueve puertas de acceso, entre las que destaca la Puerta del Alcázar, por ser la más espectacular.
Marga G.-Chas Ocaña