Si atravesamos la provincia de León hacia el Norte, pasamos muy cerca de Las Médulas al atravesar la comarca del Bierzo, de lejos, tan sólo se ven como entre la vegetación resaltan unos picos de arena y piedra rojiza, que pueden confundirse con otras estructuras del campo castellano-leonés, como algunos tipos de bodegas tradicionales, pero Las Medulas son, en realidad los restos de una impresionante explotación minera de oro de la época romana, que transformaron increíblemente el paisaje circundante y han permanecido inalterables hasta nuestros días.
Las Medulas datan del siglo I, son el resultado de una espectacular labor de ingeniería y están consideradas la mayor mina de oro a cielo abierto de todo el Imperio Romano. En una zona boscosa de castaños y robles, los romanos realizaron grandes excavaciones y canalizaciones de agua para poder extraer el precioso mineral, lo que dio lugar a la creación artificial de colinas de tierra rojiza y a una alteración permanente del entorno, que hoy en día, se ha vuelto a fundir progresivamente con la acción implacable de la naturaleza, pero que nos ha dejado un paisaje único, de una inquietante belleza.
La explotación de las minas romanas de Las Médulas duró apenas un siglo, y sin embargo, dos mil años después aún es posible sorprendernos por el impacto que ha causado en la naturaleza.
De cualquier forma, Las Médulas están catalogadas como Bien de Interés Cultural, debido a su interés arqueológico, Monumento Natural y designadas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, por constituir un testimonio único de los procedimientos mineros de extracción de oro de la civilización romana.
Marga G.-Chas Ocaña