Miranda de Ebro, con una población cercana a los 40.000 habitantes, se encuentra situado en un lugar estratégico, como un cruce de caminos entre provincias y reinos. Pertenece a la provincia de Burgos, en su parte más oriental y comunica históricamente Castilla con La Rioja y el País Vasco, así que también es un punto comercial de primer orden desde la Antigüedad.
El valle que ocupa en gran parte el casco urbano, revela a través de sus restos arqueológicos, gran actividad desde la época de la romanización. Los restos de importantes calzadas romanas avalan lo referido anteriormente. Llegados al final del siglo XI, resaltamos la Carta Fuera de Repoblación, expedida por el Rey Alfonso VI y más tarde, Alfonso X El Sabio otorgaba en 1254 el Privilegio de celebrar la “Feria de Mayo”. A las numerosas referencias históricas sobre este bello enclave como punto comercial, debemos añadir también su importancia como productor agrícola y ganadero. Es a mediados del siglo XIX, cuando van surgiendo poderosas empresas que, junto a la construcción del ferrocarril, desarrollan una importante industria, multiplicándose a su vez los establecimientos comerciales.
Miranda de Ebro posee un rico patrimonio histórico, como su Ayuntamiento, que data del siglo XVIII, la Casa de las Cadenas y la Casa de los Urbina, del XVI, el Teatro Apolo de principios del XX, la Estación de Ferrocarril, proyectada en 1862 y la Casa de Don Lope, del siglo XVIII. En cuanto a sus edificios religiosos, destacan la Iglesia del Espíritu Santo, del siglo XIII, la Iglesia de Santa María, del siglo XVI, la Iglesia de los Sagrados Corazones, entre el XVI y el XVII, el Antiguo Convento de las Madres Agustinas Recoletas, construido en 1911 y sede de la actual Subdelegación de la Junta de Castilla y León, la Antigua Iglesia de San Juan Bautista, del siglo XII al XIV y la Iglesia de San Nicolás, terminada en 1955. Otro lugar de interés es La Picota, del siglo XVI, con unas vistas maravillosas.
Sin duda esta magnífica ciudad resulta un destino turístico de primer orden, sobre todo para el aficionado a las rutas, tanto rurales como gastronómicas o culturales. Para los amantes de la naturaleza, existe la ruta Agua y Roca: del Ebro a los Obaranes, el Jardín Botánico, ubicado en el antiguo Convento de las Siervas de Jesús y Miranda Natural, visitas con guías para un mejor conocimiento de los lugares.