A quince metros bajo el suelo en la localidad de Revilla del Pomar, Palencia, se ubica la cueva de los franceses. Quienes se acerquen hasta esta parte de la provincia palentina descubrirán un submundo mágico, de formas angostas que se afilan y redondean a merced del agua.
Es precisamente el tintineo de miles de pequeñas gotas que se deslizan por la piedra, moldeándola hasta caer al suelo, el único sonido que rompe la monotonía de la quietud que se respira en este rincón escondido bajo la tierra. Pura poesía que consigue emocionar al visitante al contemplar tanta belleza y tan diferente.
El precio de la entrada son tres euros por persona que te permiten pasar tres cuartos de hora recorriendo los novecientos metros que separan el inicio del camino de su punto final. Si se decide hacer la visita en grupo, el precio es aún más económico, pudiendo entrar a cambio de la simbólica cantidad de uno o dos euros.
Hay que tener en cuenta que los lunes está cerrado, por lo que las visitas sólo se permiten de martes a domingo. Es conveniente, aunque sea verano o las temperaturas en el exterior sean elevadas, llevarse alguna prenda ligera de abrigo, puesto que en la cueva se nota más el frío.